Cuando me amé de verdad...
comprendí que en cualquier circunstancia
yo estaba en el lugar correcto...
en la hora correcta...
en el momento exacto.
Entonces me relajé
Hoy sé que eso tiene un nombre: AUTOESTIMA
Cuando me amé de verdad...
me di cuenta de que mi angustia
y sufrimientos emocionales,
no pasan de ser una señal
de que voy contra mis verdades.
Hoy sé que eso es: AUTENTICIDAD
Cuando me amé de verdad...
dejé de desear que mi vidad fuese distinta,
y comencé a ver, que todo lo que sucede,
contribuye a mi crecimiento.
Hoy eso se llama: MADUREZ
Cuando me amé de verdad...
comencé a entender como es ofensivo
forzar alguna situación o a alguien,
para realizar mis deseos,
aún sabiendo que no es el momento
o que la persona no está preparada,
inclusive, yo mismo.
Hoy sé que el nombre de esto es: RESPETO
Cuando me amé de verdad...
comencé a despojarme
de todo lo que no fuera saludable:
personas, tareas, todo..., y
cualquier cosa que me desanimara.
En principio, mi razón me llamó la atención
acerca de esa actitud de egoismo.
Hoy, sé que se llama: AMOR PROPIO
Cuando me amé de verdad...
dejé de temerle a mi tiempo libre
y de hacer grandes planes.
Abandoné proyectos a muy largo plazo.
Hoy lo considero correcto,
lo que me gusta, cuando quiero
y a mi propio ritmo.
Hoy se, que eso se llama: SIMPLICIDAD
Cuando me amé de verdad...
desistí de querer tener siempre la razón
y con eso cometí menos errores.
Ese día, descubrí la HUMILDAD
Cuando me amé de verdad...
dejo de revivir el pasado y de preocuparme por el futuro
ahora me mantengo en el presente,
que es donde la vida ocurre realmente.
Hoy vivo un día a la vez.
Eso es: PLENITUD.
Cuando me amé de verdad...
entendí que mi gente,
puede perturbarme o decepcionarme.
Pero, cuando la coloco al servicio del corazón,
se convierten en una enorme y valiosa aliada.
Todo eso es: SABER VIVIR
ARISTÓTELES
jueves, 27 de enero de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentar y criticar, siempre que sea constructivo es bueno. Gracias